"Me parece por el contrario que no somos suficientemente ‘indiferentes’, que estamos constantemente bajo la dominación del Otro, captados por él, sometidos a él. Es así que se constituye nuestro Yo en el mundo: identificándose con diversas figuras del Otro. Pero, cuanto más me identifico con él, más se me aparece como un rival amenazador, que parece más Yo que yo mismo. El yo alienado se torna entonces contra el otro y se esfuerza a su vez por negarlo. La identificación se vuelve odio, y ella culmina en un deseo de muerte. A pesar de Levinas, el egoísmo pretendido del yo no es el origen mayor de la violencia, sino la dominación del Otro sobre mí. Para dejar de considerar al otro como mi rival, mi perseguidor, es preciso, antes que nada que yo me haya encontrado a mi mismo. Usted se equivoca creyendo que la afirmación del yo le impediría abrirse al otro. Todo lo contrario: el yo que rechaza al Otro y lo acusa, que lo envidia y lo odia, es un yo que no se ha afirmado suficientemente a sí mismo.”
¿Es posible comprender al otro?
ResponderEliminarLa respuesta a la pregunta, negativa o positiva, implica en principio que ha habido una comprensión en algún momento. Porque si no, ¿cómo podríamos entender la pregunta que se nos hace? Decir que es una pregunta que me hago a mi mismo es querer pasarse de listo y errar el punto. La posibilidad de comprensión ya se encuentra en el lenguaje y es algo aproblemático. Creo que la reflexión correcta es cómo entiende la expresión el que pregunta filosóficamente por ella, y por qué para él resulta tan problemática.